Colonización


El primer encuentro documentado de los "guaraníes" con los europeos es el de Alejo García, explorador español o en todo caso portugués nacionalizado español que tras haber naufragado en la isla de Santa Catarina en 1525, lideró antes de 1533 a un fuerte contingente de "guaraníes" que, remontando aproximadamente el curso del río Pilcomayo llegó a las fronteras del Tawantinsuyu. De esta expedición es que surgiría en el Chaco Boreal la etnia mixogénica con predominio guaraní llamada despectivamente por los quechuas "chiriguanos". Así, las alianzas (casi siempre asimétricas) entre guaraníes y españoles proliferaron en oposición a otras etnias, principalmente contra las de los llamados peyorativamente "guaycurús" y "mbayás".

Tras la destrucción de la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires, gran parte de los europeos procedentes de ésta se refugiaron en la casa fuerte que fundó Juan de Salazar y Espinosa. En efecto, el explorador español, natural de Espinosa de los Monteros, fundó Asunción en el día de la Asunción, el 15 de agosto de 1537, en las cercanías del poblado liderado por el tuvichá Lambaré.

Por la alianza entre guaraníes y españoles, los varones de los españoles llegaron a practicar la poliginia. Por ello en sus inicios Asunción era conocida como "El paraíso de Mahoma". Los hijos mestizos de españoles fueron llamados "mancebos de la tierra" y —algo insólito en el resto de la América colonial— fueron considerados españoles con las prerrogativas de tal "casta". El motivo para esto se encuentra en el valor estratégico que tenía el territorio del Paraguay. Pocos años después, España repobló Buenos Aires con "mancebos de la tierra" nacidos en Asunción y fundó las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, Corrientes, Santa Fe y las luego destruidas de Ontiveros, Ciudad Real del Guayrá y Concepción de Buena Esperanza.

En 1541 la monarquía española nombró gobernador de "La Paraguaria" o Paraguay al célebre Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Este infatigable andariego llegó a La Asunción el 11 de marzo de 1542, marchando desde la isla de Santa Catarina, y en ese trayecto descubrió para los europeos las cataratas del Iguazú, tras arribar a Asunción remontó el río Paraguay hasta el actualmente llamado Gran Pantanal. Empero, los asuncenos consideraron una "intromisión" la presencia de Álvar Núñez, por lo cual en 1544 lo destituyeron, aprisionaron y remitieron a España y designaron a un vecino como gobernador. El rey confirmó a Irala en tal empleo, de manera que los asuncenos lograron el singular derecho de nombrar a sus propios gobernadores durante 182 años, hasta 1735.

Durante el gobierno del afamado criollo Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), la ciudad de Asunción finalmente fue convertida por Real Orden del 16 de diciembre de 1617 en el centro de una provincia colonial española, separada de la jurisdicción de Buenos Aires y otros territorios. Fue algo paradojal y contraproducente: si Juan de Garay desde Asunción y con asuncenos refundó la ciudad de Buenos Aires para que le sirviera al Paraguay como una "puerta de la tierra" es decir, como una fácil salida al Océano aprovechando la cómoda hidrovía del río Paraná, la rápida prosperidad del puerto de Buenos Aires indujo a la monarquía española a que se le diera propia jurisdicción. Así quedaron Asunción y su territorio muy aislados del circuito económico mundial. Por otra parte, la relación entre europeos criollos e "indios" guaraníes no siempre fue idílica, tal como lo demuestra el gran alzamiento liderado por el tuvichá Oberá entre 1579 y 1616, que se extendió desde la región de Guarambaré hasta Asunción y la cuenca del Ypané.

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